Adolescencia y Juventud (1951-59)
Realiza los cursos de lo que se denominaba Cultura General, alternativa al bachillerato, en el colegio de la Reunión del Sagrado Corazón (sito en la propia calle Narváez). La formación recibida de las monjas, así como el ambiente ideológico y religioso más bien opresivo dejarán una profunda huella en ella, una huella ante la que luego se rebelará, también a través de su producción artística.
La familia viaja de vez en cuando a Úbeda, ciudad natal de su padre. Allí establece un vínculo muy estrecho con su tía y madrina, Catalina Lara, vínculo que no se romperá nunca, tal y como reflejan las obras de la última etapa.
También estudió y casi terminó la carrera de piano, pero la abandona en su último curso para concentrarse en la preparación del ingreso en Bellas Artes.
Pilar conoce, en plena adolescencia (hacia 1955, a los quince años de edad), a su futuro novio y marido: Fernando Sáez Vacas, hijo de Agustina, segoviana, y Ladislao, un tratante de ganados abulense afincado en Madrid.